Monday, March 28, 2011

"El celibato es una renuncia a algo para conquistar algo"

El desequilibrio y la madurez se encuentran igualmente repartidos entre casados y celibes. Por este motivo, la psicologia clinica no ha podido diferenciar una patologia especifica del celibe. La vida consagrada en virginidad puede desarrollarse en plenitud, siempre que no se produzca represion sino una sublimacion, como proceso emocional y espiritual, que haga posible una opcion como la del celibato evangelico.

Frente a los que piensan que una renuncia tan radical como la del celibato entraña necesariamente riesgos y peligros imposibles de sortear, el P. Carlos Dominguez, S.J., cree que hay muchos hombres y mujeres que a lo largo de la historia y en nuestro tiempo han acertado a vivir plenamente renunciando al ejercicio de la sexualidad en sus dimensiones eroticas y genitales, y al mismo tiempo han sido capaces de trabajar creativamente y de relacionarse sin dificultad con los demas.

Hay personas que se privan del ejercicio de la sexualidad mediante la via sublimatoria, la cual consiste en un cambio del objeto y fin del deseo pulsional, y, por tanto, en una transformacion de la pulsion. Psicoanalistas y psicologos clinicos de diversas escuelas estan de acuerdo en afirmar que la sublimacion permite que la energia afectiva y sexual se pueda canalizar en registros muy diferentes, segun la psicodinamica particular de cada uno, y el celibato es uno de ellos.

Enfermedad de la idealidad

El P. Carlos Dominguez, S.J., afirmo que el concepto de "madurez" y "sanidad" en relacion con la sexualidad estan condicionados a menudo ideologicamente. Con frecuencia son los intereses particulares de los grupos lo que determinan lo que se entiende por madurez, y se declaran maduros a las personas que se acomodan a esos intereses grupales, e inmaduros a los que se oponen a ellos, muchas veces en razon, precisamente, de autenticos procesos de maduracion personal.

Aplicando esta critica al celibato es muy facil identificar como maduro a personas que han abolido represivamente su deseo pulsional pero que, bloqueados neuroticamente, viven en una acomodacion perfecta a los contextos eclesiales o religiosos a los que pertenecen, mientras que otros que experimentan tensiones y dificultades en el area afectiva es posible que hayan logrado un grado de desarrollo y plenitud humana bastante mayor.

La idealizacion de la madurez o de la pureza en relacion con el celibato puede ser en si misma expresion de un infantilismo muy narcisista que se reviste de una espiritualidad avanzada. El P. Carlos lo definio como la enfermedad de la idealidad. Son muchos los discursos que en un lenguaje extremadamente espiritual sobre la virginidad consagrada y el celibato dejan ver un fondo morboso, oscuro, que hace pensar mas en una sexualidad negada y corrompida, mas que autenticamente sublimada.

Modalidades distintas

La forma de vida celibe o casada son modalidades distintas a la hora de canalizar nuestros deseos y afectos. De lo que se trata es de que cada uno entienda cual es su mejor camino. De esta manera se evita caer en la tentacion de privilegiar el celibato como mas digno y sublime, como mas radical y operativo para la lucha por el Reino. Caer en esta tentacion supone afirmar algo inaceptable: que es mejor la renuncia a la sexualidad que el ejercicio de ella o, dicho de otra manera, que a Dios le gusta que el ser humano renuncie a hacer el amor.

En este sentido, el P. Carlos Dominguez, S.J., critico el monopolio del simbolismo conyugal en la relacion con Dios aplicado a los celibes consagrados y los modos sutiles de privilegiar la opcion por el celibato sobre la de la pareja, lo cual muestra una concepcion de Dios segun el cual el placer sexual seria algo tolerado o permitido pero no del todo noble como para tener tambien la categoria de lugar de encuentro con El.

Para el P. Carlos, la pasion del celibato es la pasion de relacion, deseo de union y comunion, de amor a la vida, desde el convencimiento mas profundo de que es esa vida de comunion lo que Dios quiere para todos los hombres y mujeres con los que nos ha tocado vivir. Por eso, frente al celibato anodino que parece ser una especie de anestesia afectiva, de insensibilidad hacia lo humano, hay que reivindicar de nuevo la pasion que nos puede poner de manifiesto que el celibato es una renuncia a algo para conquistar algo; que se renuncia a un modo de pasion, la que se vive en pareja, pero para transformarla en otra pasion: la que nos impulsa a buscar en los seres de carne y hueso que nos rodean la realizacion de una humanidad en plenitud que es lo que Dios quiere para todos.

La pederastia

Al referirse a la pederastia, el P. Carlos Dominguez, S.J., afirma que, desde el punto de vista psicologico (y sin generalizar), la pederastia se puede deber a la influencia del ambiente infantil y familiar cuando no se ha producido una resolucion de la situacion edipica; entonces, se tiende a reproducir con los menores los primeros vinculos infantiles con los padres. La opcion por el celibato puede venir a ocultar el intento de permanecer inconscientemente unidos a la madre o al padre, eludiendo el compromiso real con una mujer o un hombre.

En cualquier caso, las fijaciones en los antiguos objetos de amor o en conflictos internos cierran el camino a los autenticos procesos sublimatorios. La persona que no ha renunciado de verdad a las atracciones parentales de la infancia no puede escoger libremente la renuncia a una pareja y a una familia. Dicho de otro modo, quien no ha dejado la casa del padre y de la madre para ir a un lugar desconocido no puede hablar de renuncia a una mujer o a un varon.
Sublimacion

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