Thursday, October 27, 2011

Hijos de la Sagrada Familia/ Vida de Familia

— ¿Cómo viven los religiosos y religiosas la vida de familia que profetizó el Padre Manyanet?
— La vivimos com un desafío constante. "Ser una familia para las familias", nos exige, volver nuestra mirada a Nazaret, dar pasos concretos para seguir abriendo camino, hacia una espiritualidad de comunión y purificar nuestras tendencias egoístas e individualistas, para fortalecer un signo esencial de la vida religiosa: la experiencia comunitaria.

Avanzamos en la línea de la interdependencia, del respeto y del diálogo intercultural, pero sobre todo queremos salvar distancias, vivir reconciliados y construir unidad. Intentamos, día tras día, vivir como en Nazaret, purificando el corazón, acogiendo y profundizando las virtudes, "de las que nos dieron admirable ejemplo, nuestros amados padres: Jesús, María y José".

Fuente: Entrevista a la M. Edith Gutiérrez, superiora general, José Manyanet Santo, Memoria de la Canonización, Barcelona 2006.

Saturday, October 15, 2011

La Pastoral Familiar refuerza la Fe y promueve las Vocaciones

Familias que comparten las comidas, que rezan juntos y que frecuentan regularmente retiros, crean la receta para una Iglesia llena de verdadera fe.

Hablando con la asociación caritativa internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), monseñor Stanislav Shyrokoradiuk, auxiliar de la diócesis de Kyiv-Zhytomyr (Ucrania), explicó lo fructífero del trabajo con familias jóvenes.

"Vemos que nuestra Iglesia es muy joven", explicó. "Cuando miras dentro de una Iglesia, está llena de jóvenes y de jóvenes familias. Es un signo para nuestra Iglesia".

El prelado describió el modo en que las familias participan en un programa permanente de formación, afirmando que "una vez al mes seis familias se reúnen con el sacerdote para rezar y discutir", "y toda familia tiene el propio programa de actividad".

Los núcleos familiares, añadió, participan también en algunas iniciativas entre un encuentro y el otro con el sacerdote, por ejemplo la lectura del Evangelio por un mínimo de cinco minutos al día, así como una vez a la semana hay un diálogo familiar en el que los padres y los hijos hablan de cualquier tema que deciden afrontar.

Para la formación permanente de las familias, prosiguió monseñor Shyrokoradiuk, son fundamentales los retiros anuales. "Vemos cuánta esperanza aportan", dijo, "y hemos contrastado grandes resultados".

"Todos los años tenemos al menos dos semanas programadas para estos retiros familiares, y las familias participan con los hijos". "Hay un programa para los padres, y vienen religiosas de varias congregaciones para llevar adelante el programa para los niños, que están siempre con los padres".

Para el obispo, estos retiros permiten a los esposos encontrar el tiempo para estar juntos, cosa no siempre fácil dado el ritmo frenético de la vida de hoy. "Las familias están muy ocupadas y tiene poco tiempo para estar juntos, sin embargo pueden encontrar este tiempo en el retiro", dijo.

Destacando la importancia de apoyar la vida familiar, contó como un hombre le escribió para agradecerle después de un retiro diciendo: "Es la primera vez que paso tanto tiempo con mi mujer, mis hijos, mi familia".

Vocaciones

Estos programas, añadió el prelado, promueven también las vocaciones, dado que la familia es la primera fuente de vocaciones.

"Es un óptimo método de formación, y estas familias después producen vocaciones". "Debemos continuar trabajando en la formación, y donde este trabajo no se desarrolla no veremos ni siquiera vocaciones". "Es muy importante porque sus oraciones nos ayudan. En el mundo de hoy tenemos una necesidad particular de su ayuda espiritual".

"La vida espiritual es importante", concluyó monseñor Shyrokoradiuk. "Obviamente necesitan siempre materiales, y gracias a Dios, AIN les ayuda".

Ayuda a la Iglesia Necesitada financia el sustento de 20 religiosas benedictinas y 12 carmelitas en la diócesis, además de varios proyectos fundamentales de construcción y restauración de iglesias y conventos.
Fuente: http://www.zenit.org/  

Oracion por las Vocaciones a la Vida Religiosa y Sacerdotal

Al recordarles que el próximo jueves, primero de mes, toda la Congregación está llamada a unirse en Oración ante el Santísimo para rezar unidos por las vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal, me permito enviarles tres breves fragmentos del Papa Benedicto XVI referidos a la importancia de alimentar y compartir la fe:

"Vivimos en un tiempo caracterizado en gran parte por un relativismo subliminal que penetra todos los ambientes de la vida. A veces, este relativismo llega a ser batallador, dirigiéndose contra quienes afirman saber dónde se encuentra la verdad o el sentido de la vida.

Y notamos cómo este relativismo ejerce cada vez más un influjo sobre las relaciones humanas y sobre la sociedad. Esto se manifiesta en la inconstancia y discontinuidad de tantas personas y en un excesivo individualismo. Hay quien parece capaz de renunciar a nada en absoluto o a sacrificarse por los demás (…)

Vemos que en nuestro rico mundo occidental hay carencias. Muchos carecen de la experiencia de la bondad de Dios. No encuentran algún punto de contacto con las Iglesias institucionales y sus estructuras tradicionales (…) Permitidme afrontar aquí un punto de la situación específica alemana. La Iglesia está organizada de manera óptima. Pero, detrás de las estructuras, ¿se encuentra la fuerza espiritual correspondiente, la fuerza de la fe en un Dios vivo? Debemos decir sinceramente que hay un desfase entre las estructuras y el Espíritu. Y añado: La verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe. Si no llegamos a una verdadera renovación en la fe, toda reforma estructural será ineficaz.

Volvamos a estas personas que les falta la experiencia de la bondad de Dios. Necesitan lugares donde poder hablar de su nostalgia interior. Estamos llamados a buscar nuevos caminos de evangelización, caminos que podrían ser pequeñas comunidades donde se vive la amistad que se profundiza regularmente en la adoración comunitaria de Dios. Aquí hay personas que hablan de sus pequeñas experiencias de fe en su puesto de trabajo y en el ámbito familiar o de los conocidos, testimoniando de este modo un nuevo acercamiento de la Iglesia a la sociedad. A ellos les resulta claro que todos tienen necesidad de este alimento de amor, de la amistad concreta con los otros y con Dios. Pero sigue siendo importante la relación con la sabia vital de la Eucaristía, porque sin Cristo no podemos hacer nada (cf. Jn15, 5).

(Del discurso del Papa al comité de católicos alemanes,
24 de septiembre de 2011)

Fuente: P. Jesus Diaz Alonso, S.F.
Superior General de los Hijos de la Sagrada Familia

La Mision del Sacerdote (Testimonio)

Les decía esta mañana a mis hermanos y hermanas de la misión de Cundiyó, en New Mexico (USA), que la primera misión del sacerdote de la comunidad es darles testimonio y mostrarles que todos, sin excepción, somos hijos e hijas de Dios, miembros de la misma familia.

Cuando entramos en la iglesia no lo hacemos como González, Vigil, Sandoval, Rieckenberg, etc., sino como cristianos, hermanos y hermanas en Jesucristo.

El edificio, la iglesia, en donde compartimos y celebramos nuestra fe, es la casa donde rezamos, descargamos nuestras penas, lloramos, reímos, nos reconocemos pecadores y nos perdonamos, etc., no solo como vecinos o amigos, sino como hermanos y hermanas.

Si no podemos aceptar que las personas con las cuales rezo son mis hermanos y hermanas, entonces, nuestra oración cristiana pierde lo de cristiana.

He escuchado decir que la misión más importante del sacerdote es celebrar la Santa Misa, consagrar el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, lo cual es cierto. Pero también me gusta recordar a mis hermanos y hermanas que Jesús escandalizó a los maestros de la ley porque bendijo la comida de los pecadores con su presencia, y comió con ellos.

Jesús escandalizó a los maestros de la ley porque decía que el pecador había salido del templo justificado mientras el fariseo seguía dando gracias en primera fila por no parecerse en nada al desgraciado que con su pecado mancillaba la pureza del templo.

Jesus parece utilizar lo más sagrado para decirnos: "Véis, ellos son tan dignos de mi presencia como vosotros".

Pero, ¡qué dificil es convencerles de que son familia! Siendo familia es la única manera de aprender a corregirnos y perdonarnos; siendo familia es la única manera de aprender a discutir y pelearnos; siendo familia es la única manera de enfrentarnos a nuestros conflictos, equivocaciones, a veces, hasta traiciones; siendo familia es la única manera de aprender a rezar el Padrenuestro; siendo familia es la única manera de aprender a amarnos... Uno aprende a pensar, a rezar y a ser cristiano... siendo familia!

Por eso, les dije, yo salí de mi casa, dejé el pais y la cultura en donde había nacido; por eso, no me casé ni tuve hijos, porque la primera misión del sacerdote es dar testimonio de que todos, sin excepcion que valga, pertenecemos a la misma familia. Yo renuncié a tener mi familia, como un gesto profético, para que ustedes vean que el amor que hemos recibido de Dios traspasa las paredes de mi casa y de lo que es mío.

Sunday, October 2, 2011

Oracion por las vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal

Al recordarles que el próximo jueves, primero de mes, toda la Congregación está llamada a unirse en Oración ante el Santísimo para rezar unidos por las vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal, me permito enviarles tres breves fragmentos del Papa Benedicto XVI referidos a la importancia de alimentar y compartir la fe:

“Vivimos en un tiempo caracterizado en gran parte por un relativismo subliminal que penetra todos los ambientes de la vida. A veces, este relativismo llega a ser batallador, dirigiéndose contra quienes afirman saber dónde se encuentra la verdad o el sentido de la vida.

Y notamos cómo este relativismo ejerce cada vez más un influjo sobre las relaciones humanas y sobre la sociedad. Esto se manifiesta en la inconstancia y discontinuidad de tantas personas y en un excesivo individualismo. Hay quien parece capaz de renunciar a nada en absoluto o a sacrificarse por los demás (…)

Vemos que en nuestro rico mundo occidental hay carencias. Muchos carecen de la experiencia de la bondad de Dios. No encuentran algún punto de contacto con las Iglesias institucionales y sus estructuras tradicionales.(…) Permitidme afrontar aquí un punto de la situación específica alemana. La Iglesia está organizada de manera óptima. Pero, detrás de las estructuras, ¿se encuentra la fuerza espiritual correspondiente, la fuerza de la fe en un Dios vivo? Debemos decir sinceramente que hay un desfase entre las estructuras y el Espíritu. Y añado: La verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe. Si no llegamos a una verdadera renovación en la fe, toda reforma estructural será ineficaz.

Volvamos a estas personas que les falta la experiencia de la bondad de Dios. Necesitan lugares donde poder hablar de su nostalgia interior. Estamos llamados a buscar nuevos caminos de evangelización, caminos que podrían ser pequeñas comunidades donde se vive la amistad que se profundiza regularmente en la adoración comunitaria de Dios. Aquí hay personas que hablan de sus pequeñas experiencias de fe en su puesto de trabajo y en el ámbito familiar o de los conocidos, testimoniando de este modo un nuevo acercamiento de la Iglesia a la sociedad. A ellos les resulta claro que todos tienen necesidad de este alimento de amor, de la amistad concreta con los otros y con Dios. Pero sigue siendo importante la relación con la sabia vital de la Eucaristía, porque sin Cristo no podemos hacer nada (cf. Jn15, 5).

(Del discurso del Papa al comité de católicos alemanes, 24 de septiembre de 2011)

Fuente: P. Jesus Diaz Alonso, S.F.
Superior General de los Hijos de la Sagrada Familia