Francisco ha analizado qué lleva a tirar la toalla a quienes han entregado su vida a Dios Fue durante este encuentro con el departamento del Vaticano encargado de la vida religiosa, que se reunía en Roma para hablar sobre la fidelidad y la perseverancia de las personas consagradas, pero también sobre los abandonos.
El Papa reconoció que le preocupa la perseverancia de quienes entregan su vida a Dios, y afrontó en un importante discurso los factores que ayudan a cultivarla.
"Hay muchos factores que condicionan la fidelidad en este cambio de época, y no sólo época de cambios, en el que resulta difícil asumir compromisos serios y definitivos”.
Francisco mencionó varios factores que hacen difícil ser fieles a quienes deciden entregar la propia vida a Dios.
El primero es el contexto social. En concreto, "la cultura de lo provisional” que lleva a muchos a buscar siempre "puertas laterales” que abren a otras posibilidades en la vida, pero que vacían de contenido la existencia.
Otro problema es cuando la persona juzga todo "en función de una auto-realización que a menudo no tiene nada que ver con los valores del Evangelio”.
El Papa lamentó cómo los deseos generosos de los jóvenes a veces se ahogan por "la búsqueda del éxito a cualquier precio, del dinero fácil y del placer fácil”.
El último desafío son los religiosos "anti-ejemplos” que hacen difícil la fidelidad propia y de los demás dentro de la vida consagrada. El Papa detalló que son quienes se dejan llevar por:
- la rutina
- el cansancio
- el peso de la gestión de las estructuras
- las divisiones internas
- la búsqueda de poder
- la autoridad como autoritarismo
- la autoridad que lo permite todo.
El Papa también ofreció soluciones a quienes atraviesen las naturales crisis. Además de profundizar en el trato personal con Dios, propone cuidar la fraternidad dentro de la Orden. La receta del Papa pasa por:
- Rezar juntos
- Meditar la Biblia
- Participar en la Misa y recibir la Confesión
- Diálogo y comunicación sincera
- Corrección fraterna
- Misericordia con el hermano o la hermana que peca (y)
- Compartir la responsabilidad.
Fuente: Romereports.com
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