Sunday, October 20, 2013

Qué belleza la de estos estorninos que saben lo que es vivir en comunidad, Por M. Dolors Gaja, M.N.


Proyectaban este vídeo en un curso de liderazgo. Y yo iba pensando en la Iglesia, en la familia, en la Congregación, en cualquier comunidad humana.

Los estorninos producen, en algunos países del norte, un fenómeno que, por el ruido que emiten, ha sido bautizado con el nombre de murmuración o murmullo. Vuelan en inmensas bandadas, dibujando espectaculares imágenes en el cielo. Creo que, de ellos, podemos aprender varias lecciones:

No hay un líder, hay varios y, lo más importante, permanecen ocultos. Nuestros ojos no pueden diferenciar un estornino de otro pero la ciencia nos dice que los más débiles están en el interior, protegidos pero activos, vivos, participantes. Los fuertes, que son muchos, circundan toda la bandada. ¿Cuida nuestra sociedad del más débil?

Unos a otros, volando juntos, se protegen de los depredadores. Un estornino sólo es víctima fácil de un halcón. Y, aunque dicen que los pájaros no son los animales más inteligentes de la fauna, eso lo saben: saben que juntos son indestructibles. ¿Necesito mi comunidad, mi familia…o me gusta volar sólo?

Ríanse de la red, de internet y todo lo que quieran. Esta bandada está permanentemente comunicada, detectan dónde están los alimentos y, en milésimas, millares de estorninos lo saben.  Conseguir comida es un objetivo común que todos comparten y en el que todos colaboran. ¿Imaginamos un primer mundo que no acapara y muestra a todos cómo alcanzar una vida digna? Imaginemos,  un mundo donde todas las personas estemos conectados pero no por la red sino por los más altos y nobles ideales…

Sabemos que cada estornino trata de volar lo más cerca posible de sus vecinos, copiando instantáneamente cualquier cambio en velocidad o dirección. Son “un solo corazón, una sola alma…” Son individuos, pájaros con entidad propia, pero forman una sólida bandada capaz de admirar al mundo.

Su habilidad para volar es tal que nunca hay colisiones entre ellos. Y es que el estornino que hoy ejerce de líder, mañana secunda el vuelo y la dirección que otro marca. Son rápidos y flexibles.

Porque saben leer el viento.  No tienen una ruta aérea fija, se adaptan a las circunstancias, leen cielos plácidos o tormentosos y, en ellos, se protegen, se cuidan, se alimentan, se comunican… ¿Los cristianos sabemos leer las circunstancias y adaptar nuestra evangelización a lo que se necesita? ¿ O tenemos rutas fijas, tradiciones que no cambian y, a veces, nos convierten en seres lejanos?

Qué belleza la de estos estorninos que saben lo que es “vivir en comunidad”…

Saturday, October 19, 2013

M. Adela Blanes, "Para cambiar un pueblo, hay que formar a la mujer"


Adela Blanes es menuda y camina despacio. Su memoria, en cambio, resulta portentosa. Aterrizó en la tierra de los faraones hace más de medio siglo y desde entonces las fechas cruciales de la agitada historia del país árabe van zurcidas a las de su propia biografía.

A sus 84 años, esta misionera mallorquina del Sagrado Corazón presume de haber sobrevivido a Naser, Sadat, Mubarak y Mursi y es una de las vecinas más longevas de Bayadeya, un pueblo del Alto Egipto cincelado por su labor.

No existe fecha que trastabille el recuerdo de Adela. Pisó por primera vez El Cairo cuando los tambores tañían sones de guerra. Unos meses antes, el 26 de julio de 1956, el presidente Gamal Abdel Naser había anunciado la nacionalización del Canal de Suez. Y el control de la cotizada hendidura, arrebatada por el nacionalismo árabe al colonialismo, acabó en refriega a finales de octubre.

"A los veinte días de llegar fue la revolución de 1956. Pusieron en la puerta a todos los franceses y los ingleses y la mayoría de las monjas eran inglesas y francesas". "Vino la policía y dijo que todas las francesas e inglesas tenían que marcharse antes de una semana. Empezamos a hacer las maletas. Nos cortaron el teléfono y los militares se instalaron en el jardín del colegio", rememora. "Se pudieron quedar porque el nuncio nos proporcionó un documento de identidad del Vaticano. Desde la casa veíamos por la noche como caían las bombas sobre el aeropuerto", agrega desde la vivienda que la congregación tiene en Bayadeya, en la provincia de Minya, a 300 kilómetros al sur de la capital.

Hasta dar con el inmueble se atraviesan los canales del Nilo, por los que transitan los búfalos de agua o chapotean los niños del pueblo, y se deja atrás un laberinto de calles sin asfaltar jalonadas de viviendas humildes y campos de maíz. En esta ciudad de 28.000 almas y mayoría cristiana, Adela es una institución. Y una de las personas con más primaveras del lugar, dice ella mientras esboza una sonrisa. "Vine aquí con 26 años y ahora tengo 84. ¿Qué te parece a ti? ¿Qué es lo que más quiero? Para mí, Egipto. En España tengo a mis sobrinos que me reciben siempre con mucho cariño pero mi familia está aquí".

Varias guerra árabe-israelíes y dos destinos después, Adela empezó a echar raíces en esta villa de "felahin" (campesinos) en 1984. "Fue como pasar del primer al tercer mundo. No había electricidad ni agua corriente. La única manera de cambiar un pueblo es formando a la mujer", asegura. Y, sin desfallecer, la misionera se entregó a la tarea de educar a la población femenina. "Al llegar las niñas se casaban a los 11 y 12 años. Trabajé mucho concienciando a las mujeres y a los hombres porque aquí los peores eran los hombres".

"Impartí conferencias sobre los derechos de la mujer y les repetí que si querían cambiar el pueblo debían formar a sus hijas y mujeres. 'Vosotros os marcháis al campo o al trabajo pero la mujer esta todo el día en la casa y es la que educa a los hijos' les dije", indica Adela. No solo el matrimonio infantil la horrorizó. También la alta tasa de mortalidad entre los recién nacidos -"la mitad de los niños fallecía por tétanos"- y la atroz práctica de la ablación de clítoris, extendida entre cristianos y musulmanes.

"El 98 por ciento estaban circuncidadas. Hablé con las madres y las abuelas; les enseñé vídeos y les expliqué todas las consecuencias nefastas de la mutilación genital para el matrimonio. Al final logré que ninguna niña sufriera nunca más la circuncisión. También divulgué los métodos de regulación del nacimiento. Antes tenían, 12, 14 o 16 hijos porque la mitad moría", relata la monja.

Su lucha en el Egipto profundo, donde incluso ahora el extranjero es una excepción, la convirtió en una pionera. Aprendió el árabe a partir del compromiso diario de llegar a balbucear un puñado de nuevas palabras y, aprobado el oportuno examen teórico y práctico, se puso al volante de un Lada Niva, un sufrido coche de fabricación soviética que aún transita las carreteras egipcias. "Fui la primera mujer que obtuvo el carné de conducir de la provincia de Minya. Fue el 4 de diciembre de 1966. Cuando llegué a recogerlo me dijeron que era cosa de hombres. Les contesté que era cosa de hombres y de mujeres".

Minya, la provincia donde reside Adela desde hace décadas, ha vivido los meses más convulsos de su historia. Desde el desalojo en agosto de las acampadas islamistas, ha sido el epicentro de la ola de violencia que ha dejado medio centenar de iglesias incendiadas y viviendas y comercios cristianos arrasados por la cólera. "Siempre ha sido una provincia tranquila. Es la primera vez que se han quemado iglesias y se han saqueados tiendas de cristianos", afirma. "En cualquier religión el fanatismo es negativo. Supone encerrarte y no reconocer al otro como un hermano con los mismos derechos".

"Todos tenemos defectos. En Egipto y en España. Reconozcamos nuestros valores comunes, vivamos juntos y caminemos adelante", dice con esperanza en los jóvenes que derrotaron hace ya dos años y medio a Hosni Mubarak.

"Los Hermanos Musulmanes no han sabido. Han querido islamizar en lugar de gobernar. Los jóvenes desean trabajo, libertad y justicia. Hay un gran interrogante aún en el futuro pero si te fijas hasta ahora los ministros eran gente con los pelos grises. Queremos juventud y cambio", detalla Adela. Un grito que, pese a que sigue poco la actualidad española, también aplicaría en su patria. "Es lo mismo porque en España hay mucha corrupción y la política está muy sucia".

Fuente: elmundo.es

Friday, October 4, 2013

A LONG JOURNEY FOR TWO SHORT LEGS, Memorias del P. Casimiro Roca, S.F.

A Long Journey For Two Short Legs
Fr. Casimiro Roca, S.F.

Nueva edición de las memorias del P. Casimiro Roca, S.F., cuyo título en inglés es A Long Journey for Two Short Legs. En español estas memorias se publicaron con el título El Album de mis Recuerdos. La nueva edición incluye más fotografías de la familia, primeros años y apostolado del P. Roca en Colorado y New Mexico (Estados Unidos). La encuadernación del libro es a color. Impresión en los Estados Unidos. La nueva edición ha sido realizada por el P. Julio González, S.F.

Tuesday, October 1, 2013

VISION



















Vision es una revista (monográfico) que se edita una vez al año por la Conferencia Nacional de Vocaciones Religiosas, en Estados Unidos.

La revista, además de estar muy bien diseñada, incluye artículos sobre la vida consagrada, masculina y femenina, y presentaciones de espiritualidades y carismas por parte de institutos, congregaciones y ordenes religiosas.

Vision ofrece una presentación muy visual y actualizada de la vida religiosa en sus diferentes carismas y espiritualidades. Cuando se habla de la crisis de la vida religiosa, se apunta a la crisis de identidad y misión, pero también a la poca habilidad que la vida religiosa parece tener para atraer a los jóvenes y entusiasmarlos con un proyecto de vida.

A través de la revista Vision se puede ver el esfuerzo que algunas comunidades religiosas han hecho para resumir su historia de compromiso y entrega en tres o cuatro palabras y en dos o tres imágenes. Vision es un buen escaparate para ver lo que es y ofrece la vida religiosa.

Mas informacion en:
http://www.encuentrovocacional.org/
http://www.vocationmatch.com/

Sacerdotes: lo esencial

Sacerdotes diocesanos y sacerdotes con votos religiosos

Curiosamente, en una semana me he visto tomando parte en dos conversaciones sobre el mismo tema: curas diocesanos y curas religiosos. Además, me ha llamado la atención que las personas que me preguntaban por la vida y la vocación de los curas diocesanos y religiosos son católicos practicantes con formación catequética.























La pregunta es: ¿cuál es la diferencia entre un cura diocesano y un cura que pertenece a una orden o congregación religiosa?

Para responder brevemente basta con mostrar las 3 diferencias principales:

1. El cura diocesano promete obediencia a su obispo; mientras que el cura que pertenece a una orden o congregación religiosa tiene 3 votos: el de obediencia a sus superiores, el de castidad y el de pobreza.

Entonces, los ¿sacerdotes diocesanos no tienen voto de castidad y de pobreza? No. Esa es la razón por la cual un sacerdote diocesano puede comprar un coche, una casa, o abrir una cuenta en el banco, y poner estos bienes a su nombre. Un sacerdote religioso no compra bienes utilizando su nombre sino el de la orden o congregación a la cual pertenece.

Los curas diocesanos no pueden casarse porque han prometido obediencia a su obispo, el cual les prohíbe contraer matrimonio como medida disciplinaria, que no doctrinal. Por eso, si el Papa (obispo de Roma) decidiera, junto con los demás obispos suprimir esta norma, los sacerdotes diocesanos podrían casarse o permanecer célibes; sin embargo, los sacerdotes que pertenecen a una orden o congregación religiosa tienen el voto de castidad, de modo que aunque el Papa suprimiera la obligación del celibato a los sacerdotes, los curas religiosos seguirían siendo célibes por el voto de castidad que han profesado.

2. El sacerdote diocesano, salvo excepciones, vive solo. Algunos deciden vivir con otros sacerdotes diocesanos; entonces, comparten la cocina y otras estancias comunes de la casa. Pero durante el día están al servicio de la parroquia que el obispo les ha asignado.

El sacerdote que pertenece a una orden o congregación religiosa vive, ora y trabaja en comunidad con otros sacerdotes religiosos que comparten su misma espiritualidad y misión. La oración, el trabajo y las comidas en comunidad son parte del estilo de vida que ha profesado. Excepcionalmente, y por una necesidad explicable, algunos sacerdotes religiosos viven y trabajan sin el apoyo de una comunidad de hermanos.

3. El responsable del sacerdote diocesano es su obispo. El obispo decide cuándo y a dónde envía a los curas diocesanos. Pero el obispo solamente puede aceptar o rechazar que un sacerdote religioso trabaje en su diócesis, es decir, no puede decidir dónde lo envía a trabajar.

El responsable del sacerdote religioso es su Superior Mayor, el cual es un sacerdote de su misma orden o congregación religiosa que ha sido elegido por el Superior General para desempeñar tareas de responsabilidad y liderazgo. El Superior General es, a su vez, un sacerdote de la misma orden o congregación religiosa que ha sido elegido para guiar, inspirar, motivar y tomar decisiones de gobierno. La persona que esta por encima del Superior General es el Papa.

Así es más fácil comprender por qué algunos grupos de curas trabajan en universidades, colegios, escuelas, misiones. La mayoría de ellos, no todos, son sacerdotes que pertenecen a una orden o congregación religiosa. Comparten una espiritualidad y la pasión de trabajar juntos en la educación, los medios de comunicación, el tercer mundo, la justicia social, la hospitalidad, etc.

La mayoría de los curas diocesanos, no todos, trabajan en parroquias, que es el lugar más apropiado, aunque no el único, para recibir y participar en los sacramentos del bautismo, eucaristía, confirmación, matrimonio, reconciliación, etc.