Monday, April 26, 2010

Ser creativos

Me dice un amigo mío que en su empresa la creatividad se busca, se anima, se pone como ejemplo, y se paga... Yo le he dicho que "en mi empresa" es difícil ser creativo. A veces, ser creativo te acarrea muchas sospechas y conflictos: "Y éste qué pretende", "se va a pegar un trompazo", "que se habrá creído", "quién le manda a éste meterse"...

No, no es fácil ser creativo. Lo que realmente se valora en nuestras comunidades es la obediencia y la fidelidad, lo cual no está nada mal..., pero, ¿creativo?

Ahora comienzan a escucharse algunas voces dentro de la Iglesia que piden creatividad. ¿Sabrán lo que están pidiendo? Luego vienen los detalles: "Creativos siendo fieles a la tradición" o "creativos siendo fieles a la historia". Estoy esperando oír: "Creativos siendo fieles al Espíritu de Dios..."

En cualquier caso, espero que a los creativos se les otorgue el derecho también a equivocarse. Porque uno se puede equivocar siendo obediente y, entonces, tiene excusa, pero si uno se equivoca siendo creativo entonces que se prepare porque le espera buena.

La creatividad es una espiritualidad. Uno no escoge ser creativo o no. Ser creativo es un don, un talento, una disposición, como otras muchas. Si la Iglesia y nuestras comunidades quieren dar una oportunidad al espíritu de la creatividad, entonces, hay que cambiar algunas actitudes y prejuicios rancios. No es solo cuestión de palabras...

Saturday, April 24, 2010

La misión del sacerdote

Les decía esta mañana a mis hermanos y hermanas de la misión de Cundiyó, en New Mexico (USA), que la primera misión del sacerdote es darles testimonio y mostrarles que todos, sin excepción, somos hijos e hijas de Dios, miembros de la misma familia.

Cuando entramos en la iglesia no lo hacemos como González, Vigil, Sandoval, Rieckenberg, etc., sino como hermanos y hermanas en Jesucristo.

El edificio -la iglesia- en donde compartimos y celebramos nuestra fe, es la casa donde rezamos, descargamos nuestras penas, lloramos, reímos, nos reconocemos pecadores y nos perdonamos, etc., no solo como vecinos o amigos, sino como hermanos y hermanas.

Si no podemos aceptar que las personas con las cuales rezo son mis hermanos y hermanas, entonces, nuestra oración cristiana pierde lo de cristiana.

He escuchado muchas veces que la misión más importante del sacerdote es celebrar la Santa Misa, consagrar el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, lo cual es cierto. Pero también me gusta recordar a mis hermanos y hermanas que Jesús escandalizó a los maestros de la ley porque bendijo la comida de los pecadores con su presencia, y comió con ellos.

Jesús escandalizó a los maestros de la ley porque decía que el pecador había salido del templo justificado mientras el fariseo seguía dando gracias en primera fila por no parecerse en nada al desgraciado que mancillaba la pureza del templo.

Jesús parece utilizar lo mas sagrado para decirnos: "Veis, ellos son tan dignos de mi presencia como vosotros".

Pero, ¡qué dificil es convencerles de que son familia! Siendo familia es la única manera de aprender a corregirnos y perdonarnos; siendo familia es la única manera de aprender a discutir y pelearnos; siendo familia es la única manera de enfrentarnos a nuestros conflictos, equivocaciones, a veces, hasta traiciones; siendo familia es la única manera de aprender a rezar el Padrenuestro; siendo familia es la única manera de aprender a amarnos... Uno aprende a pensar, a rezar y a ser cristiano... siendo familia!

Por eso, les dije, yo salí de mi casa, dejé el pais y la cultura en donde había nacido; por eso, no me casé ni tuve hijos, porque la primera mision del sacerdote es darles testimonio de que todos pertenecemos a la misma familia. Yo renuncié a tener mi familia, como un gesto profético, para que ustedes vean que el amor que hemos recibido de Dios traspasa las paredes de mi casa y de lo que es mío.

"Ha llegado el tiempo de la verdad y la transparencia"

"Ha llegado el tiempo de la verdad y la transparencia".

No, no se trata ahora de acusar y destapar trapos sucios. Muy pobremente entenderíamos al P. Federico Lombardi si este es el significado que damos a sus palabras.

Se trata de una manera de ser y vivir en familia, comunidad, iglesia, sociedad. Esto es algo que las familias pueden enseñar a los futuros pastores, obispos, superiores, etc. Porque uno no aprende a decir la verdad y ser transparente de mayor, en el seminario, la rectoría, la curía... Uno aprende a decir la verdad de pequeño, en familia, en el hogar.

De todas formas, lo que dice el P. Lombardi es muy importante. Ya era hora de que los superiores lo tuvieran claro: que el secreto y la discreción no están de moda y ha llegado el tiempo de la transparencia y la verdad. Ahora, a ver si el mensaje nos llega a todos. Dios mio, los tiempos cambian que son una barbaridad...